ATENEO DR. ARTURO ILLIA
ATENEO DE LA J.R. DR. OSVALDO ALVAREZ GUERRERO
FRANJA MORADA – REGIONAL SALTA.
CONSIDERACIONES PARA EL TRABAJO PARTIDARIO
Desde hace mucho tiempo los radicales salteños parecen resignados a esperar que la crisis partidaria toque fondo para iniciar un proceso de resurgimiento. Algunos esperan una salida mágica provista por la aparición de algún liderazgo ordenador o una catástrofe institucional que nuevamente ponga la mirada de la sociedad en el radicalismo.
Tanto, las tesis catastróficas como las conspirativas, junto, al problema de qué hacer con el peronismo o contra el peronismo han ocupado la agenda y las estrategias de las conducciones partidarias.
Las conducciones partidarias, ensayaron distintas maniobras para detener la caída. Cada una de ellas fue peor que las otras y la lectura de los afiliados es que sólo reportaron pequeños beneficios particulares a sus dirigentes.
Lo cierto es que la crisis partidaria del Distrito Salta, jamás fue analizada en profundidad y las estrategias fueron para cada elección. En este movimiento coyuntural, los amigos de ayer, son los enemigos de hoy, los enemigos de hoy, seguramente serán los amigos en el futuro o terminarán, unos, por irse del partido. Otros por alejarse de la militancia.
El partido se ha convertido en una fuerza centrífuga de afiliados y dirigentes y centrípeta con relación a la concentración de la representación partidaria en pocos dirigentes.
La cuestión partidaria se ha convertido en “cosa de pocos” cuando paradójicamente constituye en democracia un “asuntos de todos”.
En la actual situación, sería muy fácil hacer “leña del árbol caído”, más fácil aún es “incendiar todo”. Acusarnos por los errores, las omisiones, la mala fe. Es decir, participar en la pelea “de todos contra todos”, dando a la sociedad un espectáculo estéril.
Desde hace un año, hemos iniciado otro camino. En el cual privilegiamos la relación con la sociedad para ampliar el terreno social sobre el cual se debe construir el radicalismo y renovar sus cuadros dirigentes. Es fácil construir desde el poder, lo más difícil es construir el poder.
En este camino priorizamos el trabajo comunitario, la creatividad, la imaginación, el esfuerzo y la organización.
No hay construcción de poder, sin organización, por lo tanto, la organización es nuestra prioridad.
No hay organización, sin un objetivo y sin un método para alcanzar los objetivos, por lo tanto, otra prioridad es definir en forma colectiva los objetivos del radicalismo salteño, lo que implica un diagnostico ajustado de la realidad social y la elaboración de un programa de acción política para buscar el consenso de la sociedad.
Por lo tanto, nuestra prioridad no es la lucha interna, es la construcción de una fuerza política capaz de lograr el consenso de las mayorías y gobernar para cambiar la sociedad.
En ese camino, nos interesa pasar en limpio una concepción del poder
La concepción del poder.
El fundamento de porque acumular el poder puede ser objeto de dos interpretaciones: una visión ideológica o una visión meramente clientelística.
Según nuestra concepción el sentido ideológico de la búsqueda del poder es la transformación, en cambio, la búsqueda del poder en sí mismo, no sólo no garantiza sino que inclusive obstruye la transformación.
El planteo meramente teórico de la transformación sin acumulación de poder, es insuficiente para producir el cambio. Pero el sólo camino de la acumulación, sin un proyecto transformador también resulta insuficiente para el cambio y se convierte frecuentemente en reaccionario.
Transformación y acumulación no son términos excluyentes, sino complementarios de la forma en que utilicemos para acumular adhesión política dependerá la fuerza transformadora de nuestra propuesta.
Aunque se lo quiera presentar como una cuestión esencialmente teórica, nosotros decimos que no es así, sino que esta ligado estrechamente con nuestra visión del hombre y la sociedad.
O tendemos a una sociedad de personas-objeto de las decisiones de los sectores que concentran el poder, o tendemos a una sociedad de personas que se transforman en sujetos de sus propias decisiones aumentando los niveles de participación o protagonismo, tal cual es nuestra concepción de la democracia.
Reunir el proceso de acumulación con un sentido profundamente transformador no sólo es posible sino que impregna toda nuestra concepción del poder, el partido y la militancia..
Poder formal y poder real
Otra de las líneas a desarrollar es lograr un mayor acercamiento entre poder formal y poder real, evitando los dobles discursos los desdoblamientos artificiales, la esquizofrenia a la que está sometida la política en nuestro país, a fin de darle más transparencia al sistema. La transparencia al sistema político es una de las ideas fuerzas que debemos resaltar.
Hoy es tal la diferencia entre el poder formal y el poder real en nuestro partido que las conducciones de los comités surgen más del acuerdo y la proscripción, que del voto libre y transparente de los afiliados. En muchos casos los afiliados notan un desdoblamiento entre quienes representan el poder y quienes realmente lo ejercen, perdiendo la confianza en los órganos partidarios.
Mayorías y minorías
En la medida que la constitución de los comités no surjan de elecciones libres y transparentes, que movilicen a los afiliados en torno de propuestas de organización y participación el juego interno será imposible. Pues no existe debate interno ni verdaderas mayorías ni minorías en las conducciones partidarias. La experiencia demuestra que una vez que se integran los comités partidarios, luego de cada renovación, se producen mayorías y minorías eventuales y personalistas que dividen a los miembros que conformaron el “acuerdo” para la interna partidaria. Dando lugar a las acusaciones sobre supuestas traiciones y defecciones, que en realidad desnudan un principio de organización y lucha facciosa.
Esta falencia de origen deslegitima cada conducción y refuerza los procedimientos autoritarios, para bloquear la democracia interna.
No hay democracia sin el reconocimiento del otro, es decir del circunstancial adversario, no hay democracia sin la posibilidad del debate y la participación, no hay democracia sin la constitución de mayorías y minorías que pugnen por ser mayorías.
Resumiendo, la tarea a desarrollar debe tener en cuenta a) la construcción de un nuevo partido. B) la construcción del radicalismo como eventual oposición con vocación de mayoría, c) la construcción de un bloque social para gobernar.
a) La construcción de nuevo partido.
Un nuevo partido necesita abrirse a la realidad social por medio de una metodología participacitiva. Para nosotros el radicalismo es libertad, por lo tanto la buscamos a través de la participación. Es preciso marcar un punto de inflexión con las prácticas políticas tradicionales que priorizan los acuerdos a “puertas cerradas” y a espalda de los afiliados. Es necesario superar esa vieja concepción que limita la democracia, el ejercicio de los derechos políticos por parte de afiliados y ciudadanos.
Para favorecer la representación de los diversos sectores sociales dentro del partido, es necesario:
Abrir los comités a los ciudadanos, organizando actividades que permitan un mayor contacto cotidiano con afiliados y simpatizantes a través de la formación de grupos motivacionales por sectores a niveles de actividad. Por ejemplo: talleres juveniles de lectura, Talleres de ajedrez, de actividades deportivas. Recuperación de la memoria colectiva a través de talleres de historia oral, Talleres de educación popular que contemplen la problemática de la violencia, de género, drogadicción, alcoholismo.
Cada una de estas actividades implica la organización de grupo de responsabilidades por zonas de la ciudad y la formación de cuadros para desarrollar políticas culturales, sanitarias, educativas, de infraestructura urbana, deportivas y recreativas, etc, con las cuales el Radicalismo podrá organizar su propuesta electoral para la ciudad y la sociedad salteña, no desde un formato teórico, sino de la propia experiencia de organización.
El Radicalismo debe promover la inserción de sus afiliados y dirigentes en los múltimples movimientos sociales que expresan intereses y demandas específicas como los movimientos cooperativos, culturales, profesionales, ecológicos, de derechos humanos, de asentamientos urbanos, juveniles, etc, y su reconocimiento orgánico dentro del partido.
El Comité de la Capital deber descentralizar su organización para promover la inclusión de estos dirigentes que desarrollan su militancia en frentes de representación social a través de Asambleas para la toma de determinadas decisiones.
El Comité de la Capital debe introducir formas de democracia directas y semi directas que contemplen, mecanismos semejantes al plebiscito y a la iniciativa popular, involucrando a la opinión de los sectores sociales involucrados.
En lo inmediato proponemos:
a) la conformación de comisiones de trabajo que se considere factibles, responsables de la planificación e implementación de propuestas de intervención social y seguimiento de las políticas oficialistas.
b) Nominar una comisión de finanzas a los efectos de:
1.- Recaudar los fondos para garantizar la suscripción al Boletín Oficial de la Provincia y obtener la información de la Municipalidad de Salta y el Concejo Deliberante para constituir el Archivo y registro político de las comisiones de trabajo.
2.- Proyectar y concretar la publicación de un órgano de difusión para los afiliados radicales y público en general.
3.- Sostener las actividades de la CAMPAÑA de AFILIACION a la U.C.R.
c) Establecer una división de trabajo territorial en la ciudad de Salta.
d) Proyectar un programa de formación política para dirigentes y afiliados.