“No tuvimos, no tenemos, ni tendremos nada que ver con Redrado”
El presidente de la UCR se despega del cesado presidente del Banco Central. Dice que nunca defendió al funcionario, sino “a la institución”. Anticipa que apoyaría el Fondo del Bicentenario si no se profundiza la escalada inflacionaria.
Por Gabriela Vulcano (Diario Crítica de la Argentina/10.01.2010)
Presidente. El mendocino se queja de quienes intentan hacer de Julio Cobos el jefe de la oposición. “El vicepresidente no es el jefe del radicalismo. El radicalismo es algo mucho más importante que Cobos”, afirmó.
El titular de la UCR, Ernesto Sanz, apenas oculta su molestia cuando se vincula a su partido con la defensa del presidente del Banco Central, Martín Redrado. “No tuvimos, no tenemos, ni tendremos nada que ver con Redrado”, aclara. Defiende con vehemencia el rol del Congreso y aboga por una salida “política” al conflicto del Fondo del Bicentenario. En diálogo con Crítica de la Argentina, el senador mendocino confirmó su respaldo a la decisión del vicepresidente Julio Cobos de convocar a una reunión de presidentes de bloque, pero deja en claro que el titular del Senado “no es la cabeza de la oposición” y tampoco del radicalismo.
–Usted dijo que la solución al conflicto del Fondo del Bicentenario “no la debe dar la Justicia sino la política”. ¿En qué consistiría esa resolución?
–En que el Congreso resuelva sobre el fondo de la cuestión y, hasta tanto el Congreso no resuelva, el Gobierno se abstenga de hacer cualquier cosa. Y si el oficialismo gana en la votación en el Parlamento, podrá usar las reservas y echarlo a Redrado. Si en el Congreso el Gobierno no lo logra, tendrá que buscar otros caminos que también se pueden discutir desde la política.
–¿Cuáles son esos otros caminos?
–Hay otros caminos, que se pueden generar desde el propio Tesoro. No estoy en condiciones de explicarlos técnicamente. No se trata de reservas sí o reservas no. Nosotros votamos a favor de la apertura del pago de deuda, por lo tanto estamos dispuestos a discutir en términos de razonabilidad y sensatez. No estamos de acuerdo en aceptar mansamente que el Gobierno haya dicho en el Presupuesto que iba a pagar la deuda con recursos del Tesoro y, una semana más tarde, saque un DNU para pagar todo con reservas. Eso es una decisión unilateral. El Gobierno tiene que acostumbrarse a que en los grandes temas nacionales tiene que tratar de encontrar algún consenso.
–Más allá del Fondo del Bicentenario, la centroizquierda cuestiona la legitimidad de la deuda, ¿ustedes no?
–A esta altura del partido, cuestionar la legitimidad del origen de la deuda no me parece. En 2004, este debate quedó zanjado. El debate sobre que los que son de derecha quieren pagar la deuda y los que son de izquierda no es falso. Si la discusión es en término del pago de la deuda, este gobierno es de derecha y en realidad no lo es, como tampoco lo somos quienes pensamos que hay que cumplir con los compromisos. Tampoco son progresistas quienes dicen que no hay que pagar la deuda, en todo caso no tienen ningún tipo de responsabilidad. Mientras más lejos están del poder, plantean cosas más irrazonables. Lo que sí creemos es que hay que lograr una buena negociación. No hay que pagar comisiones a los bancos. Es altamente preocupante que ADEBA (Asociación de Bancos de la Republica Argentina) haya salido con semejante virulencia a defender este canje. Por eso, siempre pedimos que no se pagaran comisiones a los bancos por esta operatoria. El Gobierno debería esmerarse para hacer una mejor negociación que la anterior. Los que han quedado afuera de la negociación del 2004 tienen que cobrar menos que los otros.
–Cuándo habla de una “solución política” al actual conflicto sobre el uso de las reservas, ¿sólo se refiere a la creación del Fondo del Bicentenario o también a la remoción de Redrado?
–De Redrado, nada. En términos de privilegiar situaciones, lo de Redrado es absolutamente secundario. La persona del presidente del Banco Central es secundaria, en la medida en que se resuelva lo primero. No se trata de defenderlo a Redrado.
–Sin embargo, usted y el senador Gerardo Morales se reunieron con Redrado el mismo día en que la Presidenta le pedió la renuncia y, en ese momento, le brindaron su respaldo.
–No, no. Nosotros no le brindamos respaldo a la figura de Redrado. Le fuimos a dar un respaldo al presidente del Banco Central, institución que estaba siendo avasallada por una decisión unilateral del Gobierno.
–El titular del Central es Redrado.
–No tuvimos, no tenemos, ni tendremos nada que ver con Redrado. Redrado no tiene nada que ver con el radicalismo. Hemos defendido otra cosa, mucho más importante que los nombres. Se ha defendido a una institución, que encarna la figura del presidente, que en este momento histórico del país es Redrado. Podría ser Pérez, López o Rodríguez.
–¿Le parece que fue acertado haberse reunido con él el mismo día en que la mandataria le solicitaba la renuncia?
–Vuelvo a decirle, el tema no es Redrado.
–No obstante, los distintos sectores de la oposición, entre ellos la UCR, se centraron en la figura de Redrado y salieron a decir que no debía renunciar.
–No es así. Nosotros nunca. Nosotros le pedimos una audiencia a Redrado el martes pasado al mediodía antes de que ocurriera el pedido de renuncia. Nosotros íbamos al Banco Central, no a hablar con Redrado. Si hubiéramos querido hablar con Redrado, la persona, lo habríamos invitado a tomar un café en la confitería de la esquina. Fuimos a decirle que se impidiera el traslado de las reservas al Tesoro, mientras tanto no se expidiera el Congreso respecto del DNU. Como no podíamos garantizar eso, frente a un Gobierno que atropella, recurrimos a la Justicia. Uno de nuestros amparos fue el que resolvió la jueza. En el ínterin le pidieron la renuncia a Redrado y se terminó personalizando todo.
–¿El radicalismo no contribuyó a judicializar el tema al haber presentado una medida cautelar por el primer decreto sobre la creación del Fondo?
–Estamos en una trampa. El Congreso está en receso porque el Ejecutivo no lo llama, mientras tanto el Ejecutivo se aprovecha del receso para avanzar por sobre sus facultades. La pregunta del millón es ¿cómo se rompe este círculo vicioso? Nosotros elegimos romperlo por vía del tercer poder del Estado, que tiene que venir a poner equilibrio cuando hay un conflicto entre los otros dos poderes. No estoy de acuerdo con la judicialización cuando se termina resolviendo en la Justicia una circunstancia que se puede resolver en el Congreso.
–¿Está de acuerdo con que Cobos llame a una reunión de presidentes de bloque para el próximo lunes?
–Sí, por supuesto. Cobos no puede convocar a los presidentes de bloque para armar una sesión y discutir una ley. Si lo hiciera, está muy mal. No lo puede hacer porque en período de sesiones extraordinarias el único que puede convocar para tratar una ley es el Poder Ejecutivo. Pero Cobos sí puede convocar a una reunión de los presidentes de bloque para que se reúna el plenario de la Cámara de Diputados y trate el primer DNU, que ya tiene dictamen de la Bicameral y ahora se le agrega el segundo DNU, que va a tener dictamen de la Bicameral el próximo miércoles. La propia ley de reglamentación de DNU obliga a que una vez obtenido el dictamen de comisión de la Bicameral, los plenarios deberán avocarse de inmediato al tratamiento, por lo tanto Cobos no está violando absolutamente nada.
–¿La oposición quiere restringir por ley la posibilidad de la presidenta de emitir decretos de necesidad y urgencia?
–No. Eso tendría que ser motivo de una reforma de la ley que reglamenta los decretos de necesidad y urgencia, algo que sería muy bueno. Pero eso sería recién a partir del 1 de marzo en el período de ordinarias. Lo que la oposición está queriendo hacer en el Congreso es muy simple y sencillo: tratar, como lo marca la ley, los dos decretos de necesidad y urgencia en los plenarios de ambas cámaras. Si los plenarios de ambas cámaras ratifican los DNU porque el oficialismo gana la votación, se acabó la discusión. No hay Mengueche que pueda decir más nada. Si los plenarios de ambas cámaras no ratifican los DNU, el Gobierno se verá obligado a buscar otra solución al tema del pago de la deuda.
–¿La oposición tiene mayoría en el Senado para rechazar un DNU?
–No sé. No lo puedo asegurar, pero tampoco el oficialismo tiene esa mayoría. Una votación puede terminar a favor de cualquiera de los dos lados. Distinto es en Diputados, donde posiblemente la conjunción de todos los opositores lleve a la foto del 3 de diciembre.
–¿Un rechazo del Congreso al decreto que permite pagar la deuda con reservas no generaría problemas económicos?
–¡Para nada! El Gobierno lo primero que tiene que explicar es su propia incoherencia. En el mes de noviembre pasado, el Gobierno aprobó un presupuesto para el 2010 en donde todos los vencimientos de deuda eran cancelados con recursos propios del Tesoro. Si ahora volvemos a ese presupuesto porque no se le aprueba el DNU, pues estamos en el mismo escenario que el propio gobierno diseñó para el año 2010. Distinto sería, si el Gobierno hubiera planteado en el presupuesto pagar la deuda con reservas –o de otra manera– y ahora la oposición viniera y le cambiara el panorama. Al contrario, el que cambió y pateó el tablero fue el Gobierno.
–¿En qué condiciones la UCR apoyaría la creación del Fondo del Bicentenario?
–Con adecuación presupuestaria. Con la garantía de cuántas son las reservas que realmente se podrían llegar a disponer sin afectar el rebrote inflacionario. En término económicos, tenemos una prioridad: el combate contra la inflación. Nos preocupa el rebrote de la inflación. No la del INDEC, sino la real. En el mes de diciembre estuvieron en dos puntos, y si arrancamos en enero con dos dígitos, vamos a terminar el año con una inflación superior al 20 anual, lo que es una locura.
–La presidenta manifestó que Julio Cobos participa “en cuanta discusión” hay contra el Gobierno y le recomendó aprender “cuál es el rol del vicepresidente”. ¿Qué piensa de eso?
–El vicepresidente hace un año y medio que es opositor al Gobierno. Chocolate por la noticia. Si cada cosa que hace el vicepresidente, la presidenta se va a quejar porque no tiene a su lado a un perro faldero, qué va hacer. La verdad es que se confundieron ambos en el 2007. La presidenta por elegirlo a Cobos y Cobos por ir de segundo de la presidenta. Ahora que cada uno se haga cargo. Cada uno está tratando a su modo de hacerse cargo.
–¿Le parece compatible que Cobos sea vicepresidente y, al mismo tiempo, cabeza de la oposición?
–El vicepresidente no es la cabeza de la oposición. Es un referente. Le digo más, el vicepresidente no es el jefe del radicalismo. El radicalismo es algo mucho más importante que Cobos. Se ve que hay muchos interesados en hacerlo a Cobos jefe de la oposición. Entiendo que la política en la Argentina esté tan personalizada, pero la verdad es que hay cosas más importantes que las personas.
–¿Es objetable que Cobos desempeñe su cargo en simultáneo a su rol de opositor?
–La oposición está intentando que la política, a través de una discusión parlamentaria, zanje este diferendo institucional. Cobos es uno de los presidentes de los dos cuerpos parlamentarios y, en ese sentido, está muy bien que abra las puertas del Congreso, convoque a las sesiones y a los presidentes de bloque. Es más decoroso institucionalmente y positivo para el país que ejerza su función de titular del Senado, que pretender que no haga nada. A diferencia de la Presidenta, que tiene en sus manos la birome y los DNU, Cobos garantiza que el Congreso se abra, se discuta, se debata y gane el mejor.
–El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ex presidente Néstor Kirchner fueron un paso más allá y señalaron a Cobos como uno de los “ejes de una conspiración” contra el Gobierno. ¿Qué opina de eso?
–No considero que haya ninguna conspiración. Eso existe cuando se trata de una cuestión oculta que tiene por propósito algo ilegal o ilegítimo. Acá no hay nada oculto, ni ilegal ni ilegítimo. Hay algo tan transparente como que parlamentarios opositores pretenden reabrir el Congreso, que el Gobierno tiene cerrado, para discutir, en el seno del Parlamento y a la luz de las cámaras de televisión y de toda la ciudadanía, un tema de fondo para que se resuelva por votación, como corresponde democráticamente.
–Carrió dijo que todos los protagonistas del conflicto en torno al Fondo del Bicentenario surgen del interior del propio “régimen” y equiparó a Redrado con Cobos. ¿Qué piensa?
–No voy a opinar de las cosas que pueda opinar Carrió. Tiene derecho a pensar y opinar lo que quiera. Acá no están en juego protagonistas de carne y hueso. Es un error personalizar estas cuestiones. No se trata de Cobos, Redrado, Morales, Sanz, Carrió, Binner, Rodríguez Saá o Mengueche. Se trata de un conflicto de poderes, que excede a las personas. Se trata de un Poder Ejecutivo que desnaturaliza una herramienta como es el decreto de necesidad y urgencia para tomar una decisión que va en contra de las facultades de otro poder, que es el Poder Legislativo. Según la ley, es el Congreso el que tiene que tratar sobre las reservas y sobre el presupuesto. Detrás del debate de reservas si, reservas no hay un debate presupuestario muy grave. Si se disminuyen 25 mil millones en el presupuesto se está tocando el presupuesto en un 10 por ciento.
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